Este es un post de bienvenida
La presentación de un newsletter sobre la escritura como parte de nuestros días, como forma de ordenar los pensamientos y entender las emociones, como pasatiempo y necesidad del cuerpo.
El 4 de diciembre me abrí una cuenta en Substack, cree una nueva hoja en mi diario offline y escribí: “me cree una cuenta substack y no sé cómo empezar”.
Entre ese día y hoy, pasaron muchas cosas y escribí mucho. Hasta hoy, que me cansé de acumular caracteres y decidí que era momento de empezar a sacar para afuera.
Presentarme me incomoda, nunca sé bien qué cosas contar así que decidí tomar las preguntas que esta plataforma me propone como disparadores.
¿Quién soy? ¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Por qué ahora?
Me quedo en blanco ante esas preguntas y en seguida me doy cuenta de que estoy acostumbrada a ser yo la que hace las preguntas.
Hace poco una amiga me dijo “A veces me tumbás con tus preguntas” y durante algún tiempo me pregunté si eso era una fortaleza o un defecto, o si simplemente era un aspecto más de mi personalidad.
Mi psicóloga (a partir de ahora M) me diría que es algo que tengo que reconocer y valorar más. Pero esas charlas son otra historia.
“Quién soy” es una respuesta que no creo tener, pero entiendo que lo que acá importa es ¿Qué Carla, o qué partes de Carla son las que aparecerán en este espacio?.
Eso no simplifica mucho las cosas pero al menos pone límites.
Soy Car, y creo que todo lo que diga en esta respuesta son partes de mi hoy, no es un marco que me define, o sí, pero no de manera estricta y perpetua. Me llevo bastante mal con las etiquetas, odio las generalizaciones, que las cosas tengan que ser blancas o negras, que haya que estar de un lado o del otro.
Puedo decir que soy curiosa siempre, que voy en busca de conversaciones interesantes y que eso a veces lo encuentro en lo más ordinario y simple de la vida, pero otras hace que me líe demasiado.
Soy de esas personas que siempre están haciendo cosas y absorbiendo más información. Me gusta más escuchar que hablar, pero cuando un tema me apasiona me salen las palabras hasta por los codos.
Soy MUY introvertida y disfruto mucho de la soledad, aunque durante muchos años intenté convencerme exactamente de lo contrario. Sin embargo, no suelo guardarme lo que tengo para decir y más de una vez deseé tener un filtro menos poroso.
Los últimos años descubrí que toda la vida estuve muy conectada con mi creatividad, incluso en los momentos en los que pensaba que la había abandonado.
Es que, en realidad, lo que abandoné durante muchos años fue la escritura y quizás esa sea una de las razones por las que hoy estoy acá.
Quise empezar con esto, principalmente, porque sé lo que es no escribir y querer empezar, sé lo que es recordar los diarios de la infancia como los momentos más felices y querer volver a esa sensación.
Sé lo que es escribir en secreto, volcar sobre el papel las emociones y pensamientos y sentir automáticamente el alivio que te da saber que todo eso no está solo en tu cuerpo.
Sé lo que es inventar historias, personajes y hasta emociones que uno ni siente, por el simple placer de estar deslizando una lapicera sobre un papel.
Sé lo que es querer escribir y no saber cómo y sé lo que es ir a talleres en los que, frente a tus ojos, todos lucen y se expresan como los escritores más experimentados.
Sé lo que es buscar una compañía para empezar y no encontrar un lugar en el que sienta que no necesito ser una loca de las palabras, ni tener una ortografía perfecta.
Estoy acá para compartir un poquito de mi costumbre de escribir. Una costumbre que es un hábito, pero no porque lo haga todos los días a la misma hora, sino porque es parte de mis días. y eso a veces es cada mañana, cada noche o una vez por semana.
Estoy acá porque creo en la escritura como terapia, cable a tierra o pasatiempo. Porque creo en la escritura que no pretende ser publicada y en las palabras que no buscan ser leídas.
“La costumbre de escribir” no intenta ser una bajada de línea sobre cómo cumplir con tres páginas matutinas, ni una guía para escribir una novela. Es simplemente un poquito de mis momentos de escritura, pero compartidos.
Intentaré mostrar cómo a veces, lo cotidiano de escribir se convierte en un momento de quejas o cómo la escritura puede ser tanto una lista de pendientes como una reflexión a la que quieras volver de manera recurrente.
¿Cuál es tu rol?
El que desees. Me gustaría que compartamos opiniones y puntos de vista, que debatamos sobre los temas que vayan saliendo, que nos quejemos juntos y celebremos cada compra de un nuevo cuaderno, cada bolígrafo que se quede sin tinta y cada primer párrafo después de cada pausa.
Empecemos soltando la mano…
Te invito a que abras un cuaderno, uno nuevo o uno usado, el que sea. No importa si ya venías escribiendo o si te olvidaste de cómo era tu letra. Buscá una hoja en blanco y escribí cinco líneas sin parar. Empezá con esta frase.
“Hoy escribo porque ……………………………………………………………..”
Nos leemos pronto <3
Esto que escribes nos representa a muchos... al menos a mí en este momento... Ya sabes, planteándome 'copiarte', en el buen sentido del hecho, no de la palabra. ¡A seguir así, Car!
Bienvenida al maravilloso mundo de substack! :D Nada me pone más contenta que ver que somos cada vez más las que nos animamos a compartir lo que escribimos/reflexionamos a través de este sistema de newsletters ♥. Espero leerte pronto! Y en cuanto a la consigna... yo hoy escribo para que mi cabeza no explote hahha