La costumbre de escribir #6
Un recordatorio de que la costumbre de escribir (la mía y la tuya) se ve siempre afectada por lo que nos rodea y sucede.
Hola mitad de agosto,
Hola costumbre de escribir.
Hola hermosas personas de Substack, ¿queda alguien por ahí?
Espero que sí, aunque no los culpo si no. Lo bueno es que nadie va a quejarse de que me convertí en un spam, porque más bien, desaparecí del mundo online.
Mentira.
No desaparecí del mundo online.
Desapareció mi escritura, porque yo estuve enganchada a las redes como si no hubiera un mañana, en especial, algunos de los últimos días.
Necesité un poquito de anestesia. Es que desde que volví de Japón (por poner una fecha que aún siento relativamente reciente) que no para el movimiento, los cambios, las invitaciones, las decisiones difíciles.
Y si bien ya no me da tanto miedo mostrar mi vulnerabilidad en este espacio y puedo decir que encontré los límites de “hasta dónde quiero compartir”, necesité tiempo para procesar todo.
Cuando sos de las personas que quieren escribir, que quieren darle más lugar a la escritura en sus días o incluso incorporar la escritura en su vida profesional, una de las primeras limitaciones que aparecen es: “en mi vida no pasa nada, no tengo nada interesante de lo que escribir”. Y desde ese lugar nacen viajes increíbles, historias surrealistas, o ficciones que cargan con deseos y fantasías de todo tipo. Buscamos vivir experiencias para luego escribir sobre ellas.
A decir verdad, nunca me sentí muy identificada con todo eso, de hecho viajé muchísimo más de lo que llevo escrito. Y no lo digo orgullosa, la maldita culpa por no haber (aún) escrito más sobre mis viajes está a mi lado todos los días recordándome que tengo un blog esperando por mis palabras.
Pero ese es otro tema. Lo que quiero decir es que en estas últimas semanas vengo queriendo escribir para este espacio y caigo siempre en un mismo espiral…
…quiero volver a “La costumbre de escribir”
……me siento a escribir
……….lo primero que escribo es que no sé por dónde empezar
…………..hago una lista de TODO lo que me estuvo pasando los últimos dos meses
……….me tambaleo entre el “esto es parte de la costumbre de escribir” y el “todo esto no va a importarle a nadie”
……dudas y síndrome del impostor
…autoboicot, cierro la compu
Intento no perder de vista la razón de ser de este espacio: compartir lo cotidiano de Carla, la que escribe, la que tiene esa costumbre de registrar ese cotidiano, de ir al papel ante emociones fuertes, dudas, pensamientos excesivos o aburrimiento. Pero me es difícil, porque a mi también se me hace muy fácil compararme con personas que a simple vista tienen una vida idílica, porque a mi también se me hace muy fácil detenerme en lo que me falta en vez de apoyar el culo en la silla y seguir escribiendo.
Volviendo a lo que escribí más arriba, “en mi vida no pasa nada” es una de las principales trabas a la hora de escribir, al menos eso dicen muchos escritores y profesores de escritura. Pero pocas veces leí que alguien hable de que cuando pasan demasiadas cosas, escribir se vuelve imposible.
Y mucho más imposible, escribir para publicar.
Si vos, que estás leyendo esto, fueras una amiga tendría mil cosas para escribir y transformaría esta entrega en una carta muy íntima y personal, pero eso lo dejo para los audios de mil minutos de WhatsApp. Como decía, ni yo quiero abrir esa puerta en este espacio, ni vos querés conocer mi intimidad.
Estamos acá para hablar de esto, de este momento en el que hay tanto dando vueltas en nuestra cabeza que abrimos el cuaderno y no sabemos por dónde empezar.
LOS BLOQUEOS NO SÓLO SUCEDEN CUANDO NO TENEMOS NADA QUE DECIR, TAMBIÉN APARECEN CUANDO ESTAMOS SINTIENDO DEMASIADO.
Hoy paso por acá para compartirte esto que me pasa a mí y que, creeme, le pasa a muchas otras personas. Pero también paso porque después de mucho intentar convencerme de que no estaba inspirada para crear una entrega valiosa, me di cuenta de que hasta yo misma estoy harta de que todo sea una lección.
La costumbre de escribir también es esto: procrastinar la escritura porque hay tanto que decir, tanto que contar, tanto sucediendo al mismo tiempo que no sé ni por dónde empezar.
Así que, por hoy, solo voy a decirte que si estás con muchas cosas en tu cabeza, si estás con un exceso de emociones encontradas o si los últimos meses fueron taaan cargados de todo como los míos, te propongo que hagas una lista de todas esas cosas que sucedieron, podrían haber sucedido, sentiste, pensaste, decidiste, hiciste. Y, luego, revisa que, seguramente, de todas esas cosas podrías escribir algo: una reflexión, una historia real o ficticia, un descargo, un relato.
Y si hacerlo solo te resulta imposible y tenés ganas de juntarte a escribir con alguien, este sábado 19 de agosto tenemos “Encuentro de escritura cotidiana”, una juntada online en la que a partir de disparadores de diferentes formatos y temáticas escribimos durante una hora y media, sin presiones, sin obligación de compartir, con lugar a los debates pero también al silencio, sin importar experiencia, ni técnicas, ni estilos, ni faltas de ortografía, pues, escribimos para nosotras (por ahora se sumaron solo mujeres, pero todxs son bienvenidxs).
No voy a prometerte que en poco días vaya a escribir acá de vuelta, pero seguramente lo haga.
Sin darme cuenta, y cuando pensé que todavía me faltaba mucho para sentirme adaptada al lugar donde vivo, agosto se convirtió en mi nuevo enero y todas esas cosas que aparecían en mi vida como ideas, proyectos y propuestas a principio de año, ahora también pueden aparecer en septiembre (pues fin del verano).
Gracias por estar del otro lado. Pronto recibirás una nueva entrega de La costumbre de escribir.
Car