Querido 2025: que no falten los diarios.
Ni balances ni propósitos, un recordatorio para que sigamos llenando diarios.
Mi balance de año y mis propósitos para el 2025 quedan en mis diarios.
Hice un cierre suavecito que no siento compartir. Y ya expresé en la primera entrega de este año que no me gusta el efecto de que todos nos compartamos aprendizajes y propósitos. Me gusta que nos guardemos algunas cosas.
Querido 2025: que no falten los diarios.
Este fue el año que más cuadernos regalé, que más hablé sobre la escritura de diarios con otras personas, que más ayudé a otros a que vuelvan o comiencen a escribir. Y me di cuenta de que este espacio, La costumbre de escribir, fue más un reflejo de mi proceso personal (pues año intenso) y no tanto de todas esas conversaciones y observaciones sobre el hábito de la escritura.
Hoy vengo a desearte un 2025 maravilloso y a desearte que lo empiecen con un nuevo diario.
Natalie Goldberg dice que “la escritura manual está ligada a los movimientos del corazón”, y me encanta pensarlo de esa manera. La escritura a mano sigue un ritmo puro, interno e inalterable, me refiero a que no hay forma de escribir a mano en un ritmo que no es el propio.
Escribir un diario es construir un refugio, que sin importar el momento y el lugar, esté ahí, con la puerta abierta disponible para recibir lo que sea que necesitemos sacar de adentro. Mis cuadernos son ese espacio donde habitan mis contradicciones, mis pensamientos, mis emociones, incluso antes de poder ponerles un nombre. A veces me releo y me encuentro con palabras o frases sueltas, desconectadas, y otras veces puedo volver a recorrer los caminos que ya caminé, puedo volver a ellos, puedo ver con exactitud cada uno de los pasos, puedo sentir bajo mis pies los charcos, el barro, la tierra seca que cruje, las olas del mar pegando en mis tobillos.
Hay partes del camino que no tengo tan claras porque hay diarios que hace años no releo y porque hay épocas de las que no tengo registro. Creo que eso también está bien.
Pero hoy quiero desearte que escribas un diario. Quiero decir, que tengas un cuaderno cerca al cual puedas ir cuando lo necesites. Ni todos los días, ni una cantidad de tiempo determinada, simplemente cuando lo necesites, cuando estés aburrida, o agobiada, o demasiado triste o demasiado feliz. Cuando suceda algo que no quieras olvidar, los rayos de sol de una mañana de primavera, ese domingo del invierno en el que te quedaste todo el día tapada con una manta haciendo nada, el café con una amiga, la discusión que no tuvo sentido, la conversación que escuchaste sin querer, las palabras de aliento de tu madre. Cuando aparezcan los recuerdos de los que ya no están o cuando sientas que ya no los recuerdas tanto como antes. Las dudas, las preocupaciones y los sueños más grandes.
Quiero desearte que el 1ro de enero empieces un cuaderno nuevo, o vuelvas a ese al que le quedan hojas. Quiero desearte que romantices la escritura creando tu propio ritual si así lo sientes, pero también quiero desearte que le quites todo el peso, que no te importe el papel, si es a rayas o liso, si es de buena o mala calidad. Quiero desearte que crees una costumbre de escribir que no siga consejos, ni los míos ni los de nadie, que sea tuya, completamente, que nunca te de culpa hacerlo de una manera u otra, que nunca te haga pensar que puedes hacerlo mejor.
En la escritura de diarios lo único que importa es ese momento en el que te sientas a escribir. No existe nada más que la práctica de escribir una letra seguida de la otra. Si la intención es (desde un comienzo o en algún momento posterior) la publicación, se hará luego un trabajo de edición o reescritura. Pero ahora te hablo de otra cosa, de la escritura de diarios para ti misma, la escritura que no pretende ser publicada.
Escribir un diario es una actividad del presente, un diario siempre se escribe desde la presencia del ahora. Así escribamos de la infancia, de lo que sucedió hace 1 año, 3 meses o una semana, así escribamos de nuestros sueños a futuro, de nuestros planes de aquí a 5 años, la escritura siempre será desde el presente. Así que te deseo un diario, un boli y unos pies puestos en el hoy, con los que puedas pararte y mirar hacia los costados, hacia arriba y abajo, hacia atrás y hacia adelante. Te deseo una escritura auténtica, cambiante, que se tambalee, que vaya y venga, que se mueva.
Escribir es una acción física.
Algunas reflexiones sobre la escritura de diarios
La escritura de un diario no se trata solo de dar vueltas siempre sobre los mismos temas, las mismas preocupaciones, los mismos miedos, los mismos momentos bisagra, una y otra vez. La escritura de un diario puede ser tomarnos 15 minutos para observar lo que sucede a nuestro alrededor, lo que sucede al otro lado de la ventana, lo que nos rodea mientras nos tomamos un café en el bar del barrio, lo que vemos pasar a través de la ventanilla del autobús.
Llevar un diario puede ser tener un espacio donde reflexionar sobre conversaciones que tenemos o que escuchamos y que nos quedan presentes en la mente o un espacio donde fantasear, inventar la historia de esa persona con la que te cruzas cada mañana en la misma esquina o llenar una hoja entera empezando por la frase “Y si…”
Escribimos diarios para poner una conciencia absoluta en lo cotidiano, en lo que pasa en nuestra mente, cuerpo y alma, o para tomar distancia, olvidarnos de todo eso por un rato y jugar, imaginar o nombrar aquello que aún no existe o no es parte de nuestros días. Escribimos diarios para escaparnos y para que nada se nos escape.
Podemos escribir un diario para construir nuestras memorias y que en algún lado quede un registro de lo que fuimos o podemos elegir si nos interesa registrar solo un aspecto de nuestras vidas: los vínculos, lo profesional, el disfrute, el tiempo libre, un hobbie, el cuerpo físico.
Escribir un diario, de cualquier manera, nos ayudará a cuidar y mantener viva la llamita de la creatividad.
“Cuando escribimos un diario, resulta casi imposible, a mi modo de ver, volver sobre el pasado más inmediato. Supongo que la verdadera naturaleza del diario es ir escondiendo las cosas bajo el ala, y cuando tenemos un rato para mirar atrás, han sucedido tantas cosas - hemos visto un martín pescador, o una reseña sobre las cartas de Virginia Woolf- que el pasado inmediato ya no nos interesa.”
May sarton, La casa junto al mar.
Quizás esta entrega no resulte una novedad para la mayoría de usuarios de Substack, probablemente si estas en este espacio ya tengas un diario, pero a lo mejor, esto puede servirte como un recordatorio. A decir verdad, lo escribí como un recordatorio también para mi misma, para esos momentos en los que me pregunto qué sentido tiene, o de golpe me viene a la cabeza la pregunta ¿y si dejo de escribir?
Pero también lo escribí pensando en que esto le llegue a muchas personas, así que cuento con tu ayuda para que le reenvíes esta entrega a todas esas personas que creas que pueden necesitarlo o esas a las que le regalarías un diario, o al menos esta invitación.
Escribí esta entrega porque simplemente no quería que cambie el numerito del año sin antes desearte un gran nuevo comienzo y no se me ocurría una mejor idea que volver a la raíz de cualquier costumbre de escribir: un diario, una libreta, un cuaderno, como más te guste llamarlo.
Gracias por otro año acompañándome en este espacio, gracias a cada una de las personas que dedicó tiempo a leer mis palabras y gracias a quienes han compartido mis entregas y me han hecho llegar sus palabras y reflexiones a cambio.
Brindo porque la escritura siga siendo una herramienta para sernos fieles a nosotros mismos.
Brindo porque la escritura me siga uniendo a personas increíbles como hasta ahora.
Brindo por sostener esta costumbre, hacer crecer este espacio y que eso me permita leerte a ti, que estás del otro lado.
Te leo. Nos leemos.
Car
Carlaaaaaa!!!!! Feliz año. Tu mail me llego como una gaviota que da esperanza en el medio de naufragio: perdida en el metro de Barcelona, buscando un horizonte donde sólo se veía cemento. Con la soledad abrumadora sobre mi cuerpo, de haber estado hace poco en casa (argentina) y haberme vuelto a ir hace poco. Y llego. Llego esa gaviota que hace entender que hay vida, que hay algo más allá de todo. Pese a todo. Y leí tu texto❤️ me recordaste que hace tiempo no escribía y cuánto lo necesitaba porque me hace bien. Había perdido las cadenas de mi mente, esas que producen un embotellamiento de pensamientos, hasta que leí tu carta. Fue algo tan esencial que, como dice el principito, fue invisible a mis ojos: que no falte un diario, un papel, para escribir❤️ gracias❤️ es un placer leerte!!! Acá tenes una fan